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Martina Rua y Pablo Martín Fernández escribieron un libro para lograr el détox digital y hacer un uso controlado y balanceado de la tecnología

Nuestro tiempo: cómo lo usamos para trabajar, cómo evitamos que ese tiempo laboral se apodere del espacio de ocio, cómo sacamos provecho de esa inversión en tiempo que hacemos. Al libro lo extendieron con el podcast Cómo fabricar tiempo, que en sus tres temporadas lleva sumados 1,3 millones de escuchas de sus 32 episodios.

El duo ahora vuelve con Cómo domar tus pantallas: Claves para el détox digital y el bienestar en la era conectada, un libro que acaba de editar Penguin Random House y que es de lectura fundamental para esta época de encierro y virtualidad, en la que la pantalla es muchas veces el único nexo con familiares y amigos, pero que también puede resultar un yugo inesperado.

Para que la tecnología (y sobre todo, el tiempo frente a la pantalla) no nos dominen, es que nace la consigna de domarlas. “Pero domarlas para usarlas a nuestro favor-, advierte Martina Rua, columnista habitual de LA NACION-. No se trata de tirar el teléfono al mar, sino de hacer un uso más crítico, más balanceado; de entender cómo están construidas estas tecnologías que usamos a diario, y por qué generan lo que generan”.

“A veces nos colgamos con una aplicación, y sentimos que no podemos controlar su uso, decidir cuándo lo hacemos o no, porque desconocemos los mecanismos que se esconden en su diseño -agrega Pablo Martín Fernández, Director de Innovación y Comunicación en Chequeado-. Nuestra atención es una moneda de cambio para estas aplicaciones: las plataformas compiten entre ellas para tener nuestro tiempo y atención, que son limitados; implementan técnicas para engancharnos y que no nos demos cuenta, y de eso se trata el libro: de acercar herramientas para usarlas con más sentido, y también para entender cuándo no usarlas”.

Cómo domar tus pantallas está dirigido a quienes sienten que no tienen control sobre el tiempo que le dedican al celular, pero no solo a él; a las personas que abren una app para hacer algo un minuto, y se dan cuenta que al final estuvieron media hora, o una hora usándolo sin una intención expresa; o quienes les gustaría cambiar cómo usan estos dispositivos cuando, por ejemplo, están en compañía de otras personas. Es lo que los autores del libro llaman una “conexión equilibrada”. Un atisbo de esto puede verse en el primer capítulo del libro, que ofrecemos junto a estas líneas.